10.3.12

Suflés de chocolate con nata de azahar

Unos meses después de mudarme a EEUU, los padre de Scott nos regalaron una subscripción a la revista Bon Appetit. Cuando se acerca fin de mes, empiezo a mirar el buzón todos los días para ver si ha llegado ya el nuevo número de la revista. Cuando llega, me tiro una semana entera leyendo la revista todos los días, seleccionando las recetas que quiero probar mientras se me hace la boca agua con las fotos. Hemos probado muchas recetas de esta revista y y los resultados son siempre buenísimos, nunca nos ha decepcionado.

Para mi primer post, he elegido un postre que nunca había hecho. Un suflé. Lo he sacado del número de febrero de 2011 de la revista Bon Appetit. (Todas las recetas están en la web de Bon Appetit). He elegido esta receta por tres motivos. En primer lugar, la foto de la receta en la revista casi hace que me coma la página, no es broma. El segundo motivo es que la receta lleva agua de azahar. Así de primeras, esto no suena como una razón de peso para querer hacer un suflé, pero espera un segundo y déjame que te cuente una historia.

Como muchos sabéis, el agua de azahar es un ingrediente del Roscón de Reyes. Yo nunca lo he visto en ninguna otra receta. Hace un par de meses me apetecía hacer Roscón (mi madre lo hace buenísimo, en la Thermomix), pero no sabía donde comprar agua de azahar aquí en Washington. Le preguté a Google y me contestó que buscara un "mercado de oriente medio". Gracias Google, ni que viviera yo en un barrio rodeado de mercados de oriente medio. En fin, que recurrí al plan B: Amazon.com. Queridos amigos de España, aquí Amazon vende DE TODO. De hecho, creo que Amazon está a punto de pasar a Google en mi ranking personal de mejores inventos del mundo. Me metí en Amazon y encontré el agua de azahar (por supuesto). Amazon 1- Google 0. Cuando llegó el paquete, descubrí para mi sorpresa que me había comprado OCHO botellas de agua de azahar (sí, a veces me compro cosas y no tengo ni idea de lo que me estoy comprando). Metí las botellas al fondo del armario más alto de mi cocina enana y me olvidé de ellas, hasta hoy (por supuesto nunca llegué a hacer roscón).

El tercer motivo (sí, eran tres motivos) es que Rachel (la hermana de Scott) nos prestó hace unos días su KitchenAid mix master. Las KitchenAids no son muy populares en España. La mayoría de la gente no sabe ni lo que son (para los que no lo sepáis, es esto), y yo nunca había usado una. Para hacer los suflés, hay que montar nata y claras de huevo, y como no es algo que esté dispuesta a hacer a mano, este electrodoméstico me viene al pelo. Pero querido lector, si me lees desde la madre patria, no te sulfures. Hay más formas de montar nata, como con una batidora, o la Thermomix (o dejandote el brazo).

Bueno, pues he hecho los suflés, y este es el resultado:



Bueno, era el resultado. He hecho cuatro. La receta es para ocho pero he horneado cuatro y he guardado el resto de la masa en la nevera. Scott se ha comido tres. Dice, y yo estoy de acuerdo, que están impresionantes. Me alegro mucho de haber elegido esto para el primer post. ¡Está buenísimo!



Ahí va, la primera receta.



Suflés de Chocolate Semiamargo con Nata de Azahar
Sacado de Bon Appetit, para 8 personas.


Para la nata:

240 ml de nata líquida
1 y 1/2 cucharadas soperas de azucar (20 g).
1 cucharadita de rayadura de naranja
1 cucharadita de agua de azahar
Montar todos los ingredientes en un bol. Cubrir y enfriar.

Para los suflés: 

100 g de azúcar y 3 cucharadas soperas.
2 cucharadas soperas de harina (16 g)
160 ml de leche entera mas 2 cucharadas soperas
40 g de cacao en polvo de repostería
2 yemas de huevo
1 cucharadita de extracto de vainilla
4 claras de huevo
Un pellizco de crémor tártaro ( * ver pie de página)
85 g de chocolate semiamargo en trocitos pequeños o pepitas de chocolate.
Mantequilla y más azucar para untar los moldes.

Untar 8 moldes pequeños de barro (yo los he comprado en el supermercado, pero si tienes cuencos pequeños que se puedan meter en el horno, te vale) con mantequilla y azúcar.
Precalentar el horno a 190ºC.

Mezclar 100 g de azúcar, la harina y un pellizco de sal en un cazo. Añadir 3 cucharadas de leche y mezclar hasta que se forme una pasta espesa. Poco a poco, añadir el resto de la leche menos 2 cucharadas. Cocinar a fuego medio removiendo constantemente hasta que espese un poco (tarda un rato). Verter la mezcla en un bol grande. Añadir el cacao en polvo, las dos cucharadas de leche, dos yemas de huevo y el extracto de vainilla. Remover hasta que se forme una pasta espesa.
Montar las claras a punto de nieve. Antes de que estén montadas del todo, añadir 3 cucharadas de azúcar.
Añadir un cuarto de las claras a la masa e incorporar hasta que estén bien mezcladas. A continuación, añadir el chocolate y el resto de las claras y mezclar muy suavemente hasta que las claras estén incorporadas (no queremos que se bajen). Dividir la masa en los 8 moldes y hornear durante 12 minutos.

Poner 2 cucharadas de nata encima de cada suflé y servir mientras esté caliente. ¡A disfrutar!




* El crémor tártaro es muy fácil de encontrar aquí, pero en España no había oído hablar nunca de él (puede que tenga otro nombre). Yo tenía un bote en mi armario-despensa (no tengo ni idea por qué). Su función es evitar que las claras se bajen después de montarlas, pero esto no tiene por qué ocurrir, así que si no lo encuentras, puedes prescindir de él y ver qué pasa.

3 comentarios:

  1. Antonio Calvo5.4.12

    El polvo de cremor tártaro se encontraba antes en las farmacias, pero desconozco su uso para medicamentos
    Antonio

    ResponderEliminar
  2. Antonio Calvo5.4.12

    El ácido tartárico es un acidificante y conservante natural (E-334). En la industria enológica puede usarse como corrector de la acidez del vino. Se utiliza a escala industrial, en la preparación de bebidas efervescentes como gaseosas.
    También se utiliza en fotografía y barnices y una variante conocida como sal de Rochelle (tartrato de sodio y potasio) constituye un suave laxante.
    Un derivado del ácido tartárico es el tartrato de antimonio y potasio.
    En algunas de sus formas, el ácido tartárico se usa como condimento para la comida, donde se conoce como cremor tártaro. Se utiliza en diversas recetas, especialmente en repostería y confitería para aumentar el volumen de masas y preparaciones haciéndolo reaccionar con bicarbonato para obtener un sucedáneo de fermentación; se usa también para estabilizar claras de huevo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Muchas gracias! Qué interesante! En esta receta justo sirve para estabilizar las claras y que no se bajen! Aquí lo venden en el supermercado en la sección las especias, pero según he leído recientemente aqui (http://www.elrincondebea.com/), en España se puede encontrar en Lidl!
      Besos!

      Eliminar