1.6.12

Sabor a verano



No tener que llevar calcetines durante 4 meses, chanclas, vestidos de verano, helados, piscinas, sol, playa, barbacoas, tomar el sol, salir sin chaqueta por la noche. Por si no os habéis dado cuenta, estoy hablando del verano. En concreto, estoy hablando de por qué el verano es mi época del año favorita. Y estoy hablando de esto porque el verano, ¡por fin ha llegado!

El fin de semana pasado empezamos el verano con una buena dosis de playa, amigos, helados, barbacoa, mojitos, sangría y picaduras de mosquito (esa parte del verano no me gusta). Fuimos a Chincoteague Island (¿Chinco-que?), un paraje precioso en Virginia, donde alquilamos la mejor de todas las casas al borde de la bahía.




De vuelta a nuestro pisito en la planta 22, sin vistas al mar y sobreviviendo gracias al aire acondicionado, ese sentimiento de verano se ha esfumado. Así que ayer decidí hacer algo para hacerlo volver: hice salmorejo.

Los que sepáis lo que es el salmorejo os podéis saltar el siguiente párrafo.

El salmorejo es una sopa fría de tomate típica del sur de España. ¿Gazpacho?-Os preguntáis. No, el salmorejo es el hermano gordo del gazpacho. El sabor y la textura son diferentes porque el gazpacho lleva más hortalizas y menos aceite y pan que el salmorejo. El gazpacho es más liquido, más ácido y más refrescante, mientras que el salmorejo es más espeso, más pesado, más sabroso y más cremoso. El gazpacho se suele acompañar con tomate y pepino picados, mientras que el salmorejo se acompaña con jamón serrano y huevo duro. Un plato de gazpacho hace que quieras otro. Un plato de salmorejo hace que no quieras volver a comer en una semana. Me entendéis, ¿verdad?

El salmorejo me recuerda al verano, a los muchos veranos que he pasado en las playas de Cádiz. 

Y a vosotros, ¿qué comidas os recuerdan al verano?


Salmorejo
Para 4 personas

Lo importante aquí es usar tomates muy maduros y rojos, preferiblemente de rama o de pera. Yo no los pelo porque mi batidora es muy potente, pero si no tenéis una batidora potente o veis que la piel es muy gorda, es mejor pelarlos. El salmorejo tiene que ser espeso y cremoso, pero esta textura depende de la cantidad de agua que tengan los tomates. Si os queda demasiado claro, podéis añadir más pan, y si queda demasiado espeso, simplemente añadid más agua.

Para el salmorejo
1 kg (2lb) de tomates maduros
2 dientes de ajo pelados
3 rebanadas de pan de molde o un buen trozo de pan duro
120ml (8 cucharadas, 1/2 taza) de aceite de oliva virgen extra
1 1/2 cucharaditas de sal
1 cucharada de vinagre de sidra

Para la guarnición
2 cucharadas de jamón serrano picado
1 huevo cocido, picado
Picatostes (pan frito)

Para pelar los tomates, hervir 2 litros de agua en una cazuela. Con un cuchillo hacer una cruz en el culo a cada tomate y poner en el agua hirviendo durante 30 segundos. Al sacarlos, la piel se habrá despegado y es mucho más fácil pelarlos.

Poner el pan a remojar en agua. Pelar y cortar los tomates en cuartos. Ponerlos en una batidora de vaso. Añadir los dientes de ajo. Escurrir un poco el pan con las manos y añadirlo a la batidora. Licuar durante unos 3 minutos (depende de la potencia de la batidora, pero debe quedar lo mas fino posible). Abrir la batidora y añadir la sal, el aceite y el vinagre. Cerrar y mezclar unos 10 segundos. Verter en una sopera o un bol y refrigerar un mínimo de 2 horas.

Servir el salmorejo en cuencos individuales y poner por encima los picatostes, el jamón, el huevo y un chorrito de aceite.