22.5.12

Tengo un lema, o dos...



"Si no te sale bien a la primera, inténtalo otra vez."- Ése es mi lema. O al menos lo fue ayer cuando mi primer intento de hacer bocaditos de nata acabó en desastre absoluto. Mi nuevo lema es: "Si pones un huevo de más, el resultado será malo." Eso fue lo que pasó, puse un huevo de más porque la receta decía 6 huevos, pero resulta que uno de los huevos era para pincelar y yo no me di cuenta de esto hasta el final. Fracaso.

Así que hubo un segundo intento, recompensado con el orgullo de haber perseverado y triunfado, y seguido de remordimientos por haber comido demasiados bocaditos de nata sabiendo toda la mantequilla y nata que llevan...en fin.




Para el segundo intento cambié de receta porque me enfadé con Bon Appetit por no especificar bien en la lista de ingredientes que un huevo era para pincelar. Así que usé la receta de Su de webos fritos, que es muy parecida pero más sencilla. Ya sabéis mi lema: "Cuanto más sencillo, mejor". -¿O era "antes muerta que sencilla"?

Un par de consejos de una experta, osea, yo misma (después de dos intentos en una tarde, me considero experta). Haced los bocaditos de nata. Merece muchísimo la pena y es muy fácil (si leéis bien las instrucciones). Con esta receta, la pasta choux sale tan buena como la de las pastelerías, ¡y mucho más barata!

Si vuestra familia (o vuestro estómago) no son lo suficientemente grandes como para devorar 20 bocaditos de nata en  uno o dos días, siempre podéis llevarlos al trabajo; vuestros compañeros se pondrán super contentos. Si no os caen bien vuestros compañeros de trabajo y no queréis que se pongan contentos, podéis congelar los bocaditos que no os vayáis a comer antes de hornearlos, para otra ocasión. ¿A que es genial? Aquí tenemos soluciones para todos.




Bocaditos de nata
Salen unos 20, adaptado de webos fritos

Para esta receta se necesitan mangas pasteleras desechables y puntas para ellas. Si no tenéis mangas pasteleras, usad bolsas de congelar cortando una esquina. No quedará tan bonito, pero sirve.

100g (7 cucharadas) de mantequilla
125ml (1/2 taza) de agua
125ml (1/2 taza) de leche
5g (1 1/2 cucharaditas) de azúcar
1/2 cucharadita de sal
160g (1 1/4 taza) de harina tamizada 
4 huevos
250ml (1 taza) de nata para montar
2 cucharadas de azúcar glass
Más azúcar glass para espolvorear

Precalentar el horno a 180°C/ 350°F.
En un cazo mediano poner la mantequilla, el agua, la leche, el azúcar y la sal y llevar a ebullición. Apartar del fuego y añadir la harina de golpe. Remover bien hasta que la harina esté totalmente incorporada. Volver a poner sobre el fuego y remover durante un par de minutos hasta que la masa esté brillante.

Poner la masa en un bol. Añadir un huevo y remover bien hasta que esté totalmente incorporado. Hacer esto con los 3 huevos restantes, uno a uno y removiendo hasta que la masa sea homogénea antes de añadir el siguiente. Al final la masa será suave y brillante.

Poner papel de hornear sobre una bandeja de horno. Meter la masa en una manga pastelera con punta gruesa lisa. Sobre el papel de hornear, disponer unos 10 bocaditos en porciones separadas unos 2 centímetros (*). Hornear en el centro del horno durante 30 minutos. Dejar enfriar sobre una rejilla.

Formar el resto de los bocaditos y hornear igual que la primera tanda. Con un cuchillo de sierra, cortar transversalmente los bocaditos mientras estén templados.

Batir la nata hasta que este montada, añadiendo 2 cucharadas de azúcar glass casi al final. Verter la nata en otra manga pastelera, con punta de estrella, y rellenar los bocaditos con ella. Espolvorear con azúcar glass con ayuda de un colador.

(*) Aquí es cuando podéis congelar los bocaditos que no queráis hornear. Para ello, meted la bandeja con las porciones de masa en el congelador. Cuando estén congeladas, transferidlas a una bolsa de congelar. Cuando los vayáis a hornear, ponedlos sobre la bandeja de horno y horneadlos siguiendo la receta, sin descongelarlos.


20.5.12

Mercadillo de Arlington

Hoy no hay receta, sólo algunas fotos del mercadillo de Arlington. ¡Feliz domingo!










17.5.12

Bizcocho de morriña



Ayer hice el bizcocho de limón de mi madre. En casa, solía haber un siempre un bizcocho en la despensa. Mi madre lo hacía para que lo desayunáramos a diario, y cuando se terminaba,  hacía otro. Cuando metía uno en el horno, empezaba a oler por toda la casa y yo empezaba a pensar en hincarle el diente en cuanto saliera del horno. ¡Olía tan bien y estaba tan rico recién hecho!

Con la visita de mis padres el fin de semana me entró un poco de morriña. Entonces decidí hacer este bizcocho para darle a nuestro pisito ese olor a mi casa. Sin embargo, cuando estaba juntando los ingredientes, me di cuenta de que no tenía yogur de limón. Ni siquiera tenía yogur natural. El único yogur que tenía era de arándanos, pero pensé, ¿por qué no? Así que transformé el bizcocho de limón en un bizcocho de arándanos. No estaba mejor que el de mi madre, pero estaba bueno. La próxima vez le pondría menos azúcar porque el yogur de arándanos es mas dulce que el de limón. Otra posibilidad es hacerlo con yogur natural y un poco de zumo y ralladura de limón.


Bizcocho de desayuno

3 huevos
170g / 3/4 taza de azúcar
80g /1/3 taza de aceite de girasol
1 yogur de arándanos (o de limón para el bizcocho de limón)
170g / 1 1/3 taza de harina
1 pellizco de sal
1 sobre/4 cucharaditas/ 16g de polvos de hornear (levadura Royal)

Precalentar el horno a 180°C / 350°F.
En un bol grande batir los huevos con el azúcar. Añadir el aceite y el yogur y mezclar bien.

En otro bol, tamizar la harina y mezclar con la sal y la levadura. Poco a poco añadir la mezcla seca a la mezcla líquida, mezclando hasta no queden grumos pero sin pasarse.

Hornear durante 30 minutos o hasta que un palillo insertado en el centro del bizcocho salga limpio. Dejar dentro del horno apagado con la puerta abierta 5 minutos. Sacar y dejar enfriar sobre una rejilla. Servir templado o frío.

15.5.12

Cómete las verduras


El fin de semana pasado vino a visitarme mi familia desde España. Mis padres y M&MT vinieron desde Madrid para vernos a nosotros y a la capital americana. Fue un finde estupendo e hicimos muchas cosas. Andar por DC, hablar español, ver museos, comer en restaurantes buenísimos y disfrutar de la compañía. Y para rematar, hizo buenísimo todo el fin de semana.

Ayer, de vuelta a la normalidad, me di cuenta de que había estado comiendo por ahí todo el fin de semana y  las verduras no habían sido parte de mi dieta. Como soy una adicta a la fruta y a la verdura, empezaba a sentir el mono. Por suerte, mi madre me había comprado unas verduras y un poco de pollo el domingo en Eastern Market, así que hacer una cena sana estaba chupao.

Esta receta no hace falta seguirla al pie de la letra. Podéis adaptarla como queráis, sustituyendo las verduras que os gusten menos por otras que os gusten más, o cambiando las cantidades. También le podéis añadir calabaza, pimiento rojo, pimiento verde, calabacín amarillo o lo que queráis. Con el pollo lo mismo. Yo lo hice con contramuslos deshuesados, pero podéis hacerlo con pechugas, muslos o la parte del pollo que más os guste.



Pollo con pisto de verduras
Para 4 personas

Para el pisto:
5 cucharadas de aceite de oliva
1 cebolla, picada
1 pimiento amarillo, en daditos
2 calabacines pequeños, en daditos
1 berenjena pequeña pelada, en daditos
1 lata de 400g de tomates crudos en dados, escurrida
2 cucharadas de azúcar
1/2 cucharadita de hierbas provenzales

Para el pollo:
4 cucharadas de aceite de oliva
8 contramuslos de pollo (yo usé sin piel y deshuesados)

Calentar 5 cucharadas de aceita de oliva en una sartén honda. Añadir la cebolla y hacer a fuego medio durante 2 minutos. Añadir el pimiento y hacer otros 5 minutos. Añadir el calabacin y la berenjena y remover de vez en cuando, durante 5 minutos. Añadir el tomate y el azúcar y remover bien. Salpimentar y añadir las hierbas. Remover de vez en cuando, dejando que se haga durante unos 20-30 minutos, o hasta que las verduras tengan el punto deseado. Mientras tanto hacer el pollo.

Precalentar el horno a 230°C / 450°F. Salpimentar cada trozo de pollo por los dos lados. Calentar 4 cucharadas de aceite en una sartén grande. Dorar el pollo a fuego medio-fuerte, 2 minutos por cada lado. Transferir a una fuente de horno y hornear durante 15 minutos.

Servir el pollo sobre una cama de pisto.

11.5.12

Hamburguesa de sushi


Haced un hueco en vuestras agendas porque esta hamburguesa no es de libre elección. Yo diría que es asignatura obligatoria para todo aquel que disfrute con la cocina. Aunque no me la he inventado yo, he decidido llamarla Hamburguesa de Sushi. ¡Toma ya! Fusión japonesa-americana. Llamadme Ferrán Adriá si queréis. Bueno mejor no.

¿Que por qué la he llamado hamburguesa de sushi? Pues no me he roto el cerebro la verdad. Es bastante blanco y en botella. Es de atún rojo, lleva wasabi, lleva gengibre, lleva pepino y aguacate, lleva semillas de sésamo (en el pan). Solo le falta el arroz (que como todos sabéis no es para nada una parte fundamental del sushi...) Vamos, que es mi hamburguesa y la llamo como quiero. Bueno, no es mi hamburguesa, pero aun así la llamo como quiero.

A lo que iba. Estoy orgullosísima de mi hamburguesa de sushi. Llevaba semanas pensando que hacer con un filetón de atún rojo que tenia en el congelador, y por fin he podido dormir a gusto. También llevaba meses queriendo hacer la receta de panes de hamburguesa de smitten kitchen, fijaos qué ocasión tan perfecta. ¡Qué felicidad!






Si os digo la verdad, esta receta requiere bastante tiempo de preparación. La noche anterior saqué el atún del congelador a la nevera. Por la mañana me levanté e hice la masa del pan, que es un brioche light. No hay nada como amasar masas con mantequilla, porque huelen genial y encima no se pegan a la encimera. Metí la masa en la nevera y me fui a trabajar (si, a veces trabajo). Por la tarde llegué a casa y saqué la masa de la nevera, le di forma de panecillos y me fui al supermercado a comprar los ingredientes que me faltaban. Volví y precalenté el horno. Piqué el atún, las cebolletas y el gengibre para hacer las hamburguesas. Metí los panes en el horno. Hice la mayonesa de wasabi y corte el pepino y el aguacate. Saqué el pan del horno. Freí las hamburguesas. Todo esto haciendo muchas fotos (Menos cuando hice las hamburguesas. Se me olvidó). Montamos todo y nos cominos 2 hamburguesas cada uno.

Amigos, cuando le di el primer mordisco me di cuenta de que todo el esfuerzo había merecido la pena. Ésta no es una hamburguesa normal. Es una hamburguesa hecha con atún de calidad, ingredientes inspirados en el sushi y un pan de brioche recién hecho a mano. Además, no vais a encontrar este plato en ningún restaurante, ni Americano ni Japonés.

¿Que no tenéis tanto tiempo? - preguntáis - Comprad el pan en vez de hacerlo.

¿Que no tenéis atún en el congelador? - De verdad, que gente más rara. Pues vais a la pescadería y lo compráis.

¿Que aun así no tenéis tiempo? - Os compráis un billete a Washington y yo os lo hago de cenar.

¿Que no tenéis dinero para el billete? -  Os vais al McDonalds y me dejáis en paz ya con tantas preguntas.





Hamburguesa de sushi
Para 4 hamburguesas, adaptada de Merrill, de Food52

500g / 1 lb de atún rojo del bueno
4 cebolletas tiernas, picadas
1 cucharada de gengibre rallado
1 huevo
1/2 pepino
1/2 aguacate
Brotes de alfalfa
100ml / 1/2 vaso de mayonesa
1 cucharada de wasabi (del que viene en un tubo)
1 cucharada de gengibre encurtido (opcional, como el que te ponen con el sushi), picado
4 panes de hamburguesa (ver receta mas abajo)

Picar el atún muy fino, no como carne picada pero casi. Ponerlo en un bol grande. Añadir las cebolletas picadas y el gengibre rallado. Salpimentar. Añadir un huevo batido y mezclar todo bien. Formar 4 hamburguesas y ponerlas sobre una bandeja cubierta con papel de plástico. Refrigerar 5 minutos.

Mientras tanto mezclar en un cuenco la mayonesa, el wasabi y el gengibre encurtido picado. Refrigerar. 

Sacar las hamburguesas de la nevera. Calentar una sartén con un poco de aceite y freír las hamburguesas, 2 minutos por cada lado. A mi me quedaron demasiado hechas para mi gusto. Si os gusta el atún crudo, hacedlas vuelta y vuelta. 

Cortar el aguacate en rodajas y hacer lascas de pepino a lo largo usando un pelador. Servir las hamburguesas en los panes con la mayonesa de wasabi, unas lascas de pepino, unas rodajas de aguacate y un puñado de brotes de alfalfa.


Panes de brioche para hamburguesas
Para 8 panes, adaptada de smitten kitchen

230ml / 1 taza de agua templada
45ml / 3 cucharadas de leche templada
6g / 2 cucharaditas de levadura seca (no Royal, tiene que ser levadura seca de panadero)
33g / 2 1/2 cucharadas de azúcar
35g / 2 1/2 cucharadas de mantequilla, ablandada
420g / 3 tazas de harina de fuerza
50g / 1/3 taza de harina normal
8g / 1 1/2 cucharadita de sal
2 huevos (uno para la masa y otro para untar)

En un recipiente poner el agua, la leche, el azúcar y la levadura. Remover y dejar reposar 5 minutos. Mientras tanto batir 1 huevo.

En un bol grande mezclar las harinas y la sal. Añadir la mantequilla y mezclar. Añadir la mezcla liquida y el huevo batido al bol y mezclar con una rasqueta o una espátula. Cuando toda la harina este incorporada, cubrir con un plástico y dejar 5 minutos. Sacar la masa a una superficie enharinada y amasar unos 8 minutos. Untar un bol grande con mantequilla y poner la masa dentro. Cubrir con un plástico y meter en la nevera unas 8 horas o de un día para otro. También se puede dejar a temperatura ambiente de 1 a 2 horas, hasta que doble su volumen.

Preparar dos bandejas de horno cubiertas con papel de hornear y espolvoreadas con harina. Sacar la masa a una superficie y dividir en 8 partes iguales, cortando con un cuchillo afilado. Aplastar un poco cada trozo y hacer una bola. Colocar las bolas en las bandejas preparadas, separadas unos 3cm y cubrir con un plástico untado con aceite o mantequilla. Dejar levar una hora. 

Poner un recipiente con agua en la parte de abajo del horno. Precalentar el horno a 200°C / 400°F. Batir un huevo y untar los panecillos con un pincel. Esparcir una cucharadita de semillas de sésamo sobre cada panecillo. Meter una bandeja en el centro del horno y hornear durante 15 minutos. Si se tuestan demasiado, cubrirlos con papel de aluminio y bajar un poco la temperatura. Seguir horneando hasta el final. Sacar y dejar enfriar sobre una rejilla. Hornear igual la otra bandeja.


10.5.12

Typical Spanish, parte II


Hola amigos. Hoy os traigo el segundo plato de mi menú súper típico español. Si os perdisteis el primero, lo podéis encontrar aquí.

El segundo plato, como ya os avancé, es tortilla de patata. Si estas en España puede que no te guste mucho este post porque probablamente ya sabes hacer tortilla de patata, e incluso puede que pienses que tu receta es mejor o que estoy haciendo algo mal. Estaré encantada de leer vuestros comentarios y sugerencias al respecto. Sin embargo, si no eres español, este post es información valiosísima, una receta estupenda de tortilla de patata.

Este plato es super versátil. Puedes tomar tortilla de comida o de cena, con una buena ensalada de lechuga y tomate. Puedes tomar tortilla de desayuno o a media mañana. Puedes meterla dentro de un buen pan y tendrás un estupendo bocata de tortilla (esta es la forma favorita de mi madre). Amigos, la tortilla es la reina de la cocina española. Te la sirven en la cafetería de la facultad, en bares de carretera, en restaurantes de lujo y en tu casa a la hora de cenar. Es fácil, es barata, hecha con ingredientes que todo el mundo tiene en casa, y lo mejor de todo, está buenísima.

Ahora vas a la receta, lees los ingredientes y dices: "¿Barata? ¿Medio litro de aceita de oliva es barato?" Es cierto que si no vives en España o en un país mediterráneo, el aceite de oliva está considerado como oro liquido. Yo vivo en Estados Unidos y aquí es carísimo. Me acuerdo de un verano que estaba pasando en Pensilvania aprendiendo inglés hace unos 10 años. Un día quería cocinar algo para la familia con la que estaba viviendo y lo único que sabía hacer era tortilla de patata. Nunca se me olvidará la cara de mi "madre americana" cuando me vio echando todo el aceite de oliva de su botella para freír las patatas.

Pero hay una solución, y es reutilizar el aceite. Simplemente lo dejas enfriar, lo filtras y lo guardas en un tarro de cristal o una aceitera para la próxima vez. Y si de verdad te niegas a usar aceite de oliva, puedes usar otro tipo de aceite y la tortilla estará buena, pero no tanto.


Tortilla de patata

2 patatas grandes, 3 medianas ó 4 pequeñas
1/2 cebolla grande ó 1 pequeña
500ml / 2 vasos de aceite de oliva
5 huevos

Pelar las patatas, cortarlas, primero por la mitad, y luego en rodajas lo más finas posibles. Ponerlas en un bol grande. Cortar la cebolla, primero por la mitad y luego en rodajas finas. Añadir a las patatas. Salpimentar y dar unas vueltas para que la sal se reparta.

Calentar el aceite en una sartén honda o en una cazuela, unos 3 minutos. Bajar el fuego a la mitad y añadir las patatas y la cebolla. Freír, removiendo de vez en cuando hasta que las patatas estén blandas, unos 10 minutos.

Colocar un colador grande sobre un bol. Con una espumadera, sacar las patatas al colador y dejar escurrir 5 minutos.

Mientras tanto, batir los huevos en otro bol. Calentar 3 cucharadas del aceite de freír las patatas en una sartén antiaderente. Incorporar las patatas al huevo y mezclar. Inmediatamente verter la mezcla en la sartén precalentada. Con una cuchara extender bien para que la superficie quede lisa. Bajar el fuego a la mitad y cocinar unos 5 minutos, hasta que los bordes estén hechos.

Ahora viene la parte difícil. Cubrir la sartén con un plato llano que sea un poco más grande que la sartén, boca-abajo. Sujetar el plato con una mano y el mango de la sartén con la otra. Levantar en el aire y darle la vuelta. Deslizar la tortilla del plato a la sartén, con el lado cocinado para arriba. Poner de nuevo sobre el fuego, meter los bordes para dentro con una cuchara de palo y mover un poco la sartén. Hacer unos 2 minutos más a fuego medio, o menos si te gusta que el huevo quede un poco crudo (como a mi). Deslizar la tortilla a un plato y servir.

8.5.12

Typical Spanish, parte I














Hoy traigo el primer plato de un menú típico español. Esta formado por dos platos que sin duda son de mis platos favoritos desde que era pequeña. En mi casa siempre han sido habituales en los menús semanales de mi madre, y para mi nadie los hace mejor que ella. De primero lentejas con chorizo y de segundo tortilla de patata.

Empecemos por las lentejas, ya que son el primer plato. Me encantan las lentejas. Las hago tan a menudo que Scott me llama Grandma Lentils (Abuela Lentejas). La receta de hoy es la típica de lentejas españolas, con su chorizo y su pimentón.

Las he adaptado de la receta de mi madre, añadiendo más zanahorias, porque me encanta el dulzor que le dan al plato. No he usado tocino, aunque mi madre siempre lo pone y está buenísimo, así que si queréis un extra de calorías, no lo dudéis. También se puede adaptar poniendo más verduras, como apio, pimiento, puerro o patata rallada. Lo bueno de las lentejas es que son súper fáciles y súper adaptables. Cualquier cosa que le queráis añadir, solo tenéis que ponerla al principio con todos los ingredientes y dejar que se haga. ¡Vivan las recetas fáciles!

Lentejas con chorizo
Adaptadas de mi madre

1/2 cebolla picada
4 zanahorias en rodajas
1 hoja de laurel
1 diente de ajo
1/2 chorizo, cortado en trozos de 2cm
300 g de lentejas

3 cucharadas de aceite de oliva
1 cucharadita de harina
1/2 cucharadita de pimentón dulce

En una cazuela grande poner las lentejas, la cebolla, la zanahoria, el laurel, el ajo y el chorizo. Añadir un litro de agua poner a fuego fuerte hasta que hierva. Tapar, bajar el fuego y dejar hacer a fuego lento entre 1 y 2 horas (depende del tipo de lenteja y la dureza del agua), hasta que las lentejas estén hechas y blanditas. Salpimentar y añadir más agua si es necesario.

En una sartén, calentar el aceite. Bajar el fuego y añadir la harina. Remover bien durante 2 minutos hasta que se tueste. Añadir el pimentón y apartar del fuego rápidamente, para que no se queme. Verter en la cazuela con las lentejas y remover. 


No os perdáis el próximo post, ¡una tortilla de patata riquísima! 

4.5.12

Vuestro primer pan


¡Chan-ta-ta-chan! ¡Por fin traigo pan!

Muchos de los que sabéis de mi afición a la panadería me habéis pedido que ponga alguna receta de pan. Si no lo he hecho hasta ahora ha sido porque quería encontrar una receta que fuera a la vez rica y sencilla. En mis primeras experiencias con el pan elegía recetas fáciles y no me salían nada buenas. Una vez me fui aficionando, empecé a hacer recetas más elaboradas. Me enganché a foros, a blogs y a webs dedicadas exclusivamente al pan. Me compré libros y me los leí enteros. Hice mi primera masa madre natural, y luego la segunda y la tercera. Experimenté con distintos tipos de harinas, distintas técnicas de amasado, distintos tiempos de fermentación. El pan es un mundo, pero mejor empiezo por el principio.

El pan contiene, básicamente, harina, agua, sal y levadura. Estos 4 elementos, el tiempo y la temperatura provocan una serie de procesos químicos que transforman la mezcla en pan.

La harina que se usa en el pan es harina de trigo con alto contenido en gluten, llamada harina de fuerza o harina panificable. El gluten es una proteína que al mezclarse con el agua forma una estructura de cadenas que le dan al pan la plasticidad y elasticidad de su miga. Esta estructura se consigue, o bien dejando la mezcla de harina y agua tranquila durante mucho tiempo, o bien amasando para acelerar el proceso. Aditivos como las sal fortalecen la estructura del gluten. Para hacer otro tipo de panes, se suele mezclar harina de fuerza con otros tipos de harina (harina integral, de centeno, de cebada, de maiz) en distintas proporciones.

La levaduras son organismos unicelulares de la familia de los hongos que transforman los azucares en alcohol y dióxido de carbono. El dióxido de carbono hace que el pan crezca y la miga sea esponjosa y tenga agujeros. Una vez en el horno, alcanzada cierta temperatura las levaduras mueren y el alcohol se evapora, y por eso es importante que el pan crezca antes de meterlo al horno. La levadura se puede comprar en dos formatos: fresca o seca. La levadura fresca se guarda refrigerada y dura aproximadamente 2 semanas. La levadura seca dura mucho más y no hace falta refrigerarla. La levadura también se puede hacer. En ese caso se conoce como masa madre o levadura natural. Para hacer levadura natural se mezcla harina integral con agua. La harina integral tiene levaduras naturales, y al mezclarla con el agua, se facilita sus movimientos y se empiezan a reproducir. Tras 4 ó 5 días alimentando la mezcla con más agua y harina, se obtiene un cultivo de levaduras muy activo. Cuando la mezcla duplica su volumen en pocas horas después de cada alimentación, está lista para hacer pan.


Uf, como veis puedo hablar y hablar de pan y no parar. Y de momento solo he hablado de los ingredientes. Dejadme que os cuente muy rápidamente el proceso de hacer pan y luego ya os pongo la receta.

Hacer pan consiste básicamente en las siguientes fases: mezclado, autólisis, amasado, primera fermentación, formado, segunda  fermentación o levado, greñado y horneado.

En el mezclado se mezclan los ingredientes.La autólisis consiste en dejar la mezclar reposas 15-20 minutos para que la harina se hidrate y las cadenas de gluten empiecen a formarse. Para el amasado necesitaríamos otro post entero, pero en general es el proceso de plegar y estirar la masa que acelera la formación de las cadenas de gluten. La primera fermentación puede durar desde una hora hasta varios días, dependiendo de la temperatura y otros factores. Una vez la masa ha fermentado, habrá prácticamente doblado su volumen. Entonces es el momento de dar forma al pan. Hay mil formas para el pan: baguette, bola, corona, chapata, hogaza, bollitos... Una vez dada la forma, se deja levar por segunda vez durante 1 ó 2 horas y vuelve a duplicar su volumen. El greñado consiste en hacer unos cortes en el pan para que al crecer en el horno no se rompa por otros sitios. Finalmente, el pan se hornea en un horno muy caliente en el que se introduce vapor de agua (ya os explicare por qué).



Todo este rollo no es mas que una brevísima introducción. La próxima vez que os hable de pan os contaré más cosas y pondré también un montón de enlaces por si os interesa aprender  más. Pero esto del pan tiene que ser poco a poco, que si no os agobiáis.

El pan de hoy es un pan para principiantes. La única complicación es que tiene una masa bastante húmeda, que es el secreto para que el pan sea menos compacto y mas alveolado. Las masas húmedas son más difíciles de manejar pero mucho más agradecidas. Os aseguro que mis primeros panes con masas menos húmedas no eran nada buenos. En general el pan se hace con harina de fuerza, pero esta vez probé a hacerlo con harina normal, para ver cómo quedaba, y la verdad es que me ha quedado nada mal.


Baguette sencilla
Adaptada de Artisan Breads Everyday, de Peter Reinhart

280 g / 2 1/4 tazas de harina de fuerza o normal
225 g / 1 taza de agua
2 g de levadura seca
5 g de sal

En un cuenco grande, poner el agua y la levadura y remover bien. Añadir la harina y la sal y con una rasqueta, una cuchara de palo, o las manos, mezclar hasta que toda la harina se haya incorporado. Cubrir con un trapo o un plástico y dejar reposar 10 minutos. 

Pasado este tiempo, enharinar una superficie de trabajo y verter la masa sobre ella. Ahora es el momento de amasar. Es la parte mas difícil, ya que esta masa es pegajosa. Este vídeo y este otro explican muy bien amasado francés, muy útil para masas húmedas. Amasar el pan durante 8-10 minutos, hasta que la masa esté menos pegajosa y suave como el culito de un bebe. Formar una bola y dejar reposar en el bol, previamente enharinado o engrasado con aceite, cubierto con un plástico, entre 1 y 1:30 horas, hasta que haya doblado su volumen. 

Terminado el primer levado, volver a poner la masa sobre la superficie de trabajo con ayuda de una rasqueta o una espátula. Extender la masa con los dedos formando un rectángulo.  Doblar el tercio más alejado sobre el tercio central y sellar con los dedos. Girar la masa 180 grados. Doblar de nuevo el tercio más alejado sobre el centro y sellar con los dedos. Doblar la masa por la mitad, levantando la parte más alejada, doblando sobre la más cercana y sellando bien con las manos. Colocar la masa con la parte sellada hacia abajo y rodarla con las manos para que se estire longitudinalmente, empezando por el centro y trasladando las manos poco a poco hacia los extremos. Todo esto puede verse mucho mas fácilmente aquí y aquí.

Poner una hoja de papel de hornear sobre una bandeja de horno y espolvorearla con harina. Colocar el pan sobre la bandeja y cubrir con un trapo. Dejar levar 1 hora. Pasada media hora, calentar el horno a 250°C/450°F, calor arriba y abajo, y poner un recipiente metálico vacío en la parte de abajo del horno. Pasado el tiempo de la segunda fermentación, hacer unos cortes transversales en la barra con un cuchillo muy afilado o una cuchilla de afeitar. En este vídeo (en ingles) está genial explicado como hacerlo.

Verter un vaso de agua sobre el recipiente precalentado en la parte de abajo del horno y meter la bandeja con el pan en el centro del horno. Pasados 15 minutos, retirar el recipiente con agua y bajar la temperatura a 220°C/400°F.  Hornear otros 15 minutos, o hasta que el pan esté dorado.

Sacar del horno y dejar enfriar sobre una rejilla.

Consejos y variaciones:

1.  Si tenéis una piedra de hornear, metedla en el horno antes del precalentado. Para que el pan no se descuajeringue al trasferirlo a la piedra, ponedlo sobre un papel de hornear y trasferirlo con el papel.

2. Este pan esta exquisito recién hecho y no tan exquisito al día siguiente. Al llevar levadura comercial y ningún conservante, no dura mucho. 

3. No intentéis acortar los tiempos de fermentación. La paciencia es lo más importante a la hora de hacer pan. En general hacer pan requiere poco trabajo pero mucho tiempo de espera y es importantísimo cumplirlo. El grano que le salió a mi pan fue por no esperar suficiente en la segunda fermentación. 

4. Podéis sustituir la levadura seca por levadura fresca utilizando el doble de peso de levadura fresca que de seca. En este caso 4 gramos. Añadir la levadura fresca al agua desmigándola con los dedos. El resto del proceso es igual.